




Se le nombro LAURA VICUÑA porque fue una niña que por su ejemplo de virtudes, no sólo religiosas, sino también de sencillez, la bondad, pureza, entrega, perseverancia, amor a Dios y al prójimo. Laura también tuvo fuertes valores académicos y siempre fue una niña, destacada en sus estudios. Por lo que con esta vida ejemplar puede servir de modelo e inspiración para la niñez y la juventud.
En la actualidad esta escuelita tiene registrado alrededor de 100 niños, ya que atiende a todos los niños del Hogar Madre Anna Vitiello y también a los niños que residen en extrema pobreza en las comunidades cercanas de Sumpango.
Para toda la escuela se tienen únicamente 3 computadoras antiguas sin internet a disposición de los niños para aprender computación, así como fuertes necesidades en material didáctico.
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